Al estar en pleno golfo de Bizkaia, en una tranquila bahía, San Juan de Luz siempre ha estado ligado al mar. Durante el S. XVII fue un asentamiento de corsarios y con el tiempo se convirtió en un destino de veraneo.
SAN JUAN DE LUZ, CIUDAD DE CORSARIOS
Lo primero que hay que diferenciar es que un corsario no es lo mismo que un pirata. Un corsario es un militar que guerreaban bajo un mandato real que les daba el derecho de atacar cualquier embarcación que navegara bajo una bandera enemiga, mientras que un pirata era considerado como un criminal y podía ser ahorcado. En resumen, ambos se dedicaban al saqueo de barcos, pero los corsarios lo hacían solo en tiempos de guerra y contra sus enemigos, autorizados por su gobierno con una patente de corso. Hago esta aclaración para que no os imaginéis San Juan de Luz como Isla Tortuga de los Piratas del Caribe.
A partir del S. XIV, San Juan de Luz se hace muy próspera al convertirse en uno de los puertos pesqueros más importantes de Francia. De aquí partían grandes cazas de ballenas e importantes expediciones a Terranova para la pesca del bacalao. Pero en el S. XVI el comercio marítimo se complicó mucho debido a las guerras europeas que se sucedieron durante dos siglos, así que, San Juan de Luz pasó de ser un puerto pesquero a una ciudad de corsarios.
Al fondo, el fuerte Socoa
Los vascos poseían muy buenos barcos para la pesca, así que los armadores de balleneros y bacaladeros los convirtieron en barcos equipados para la guerra, convirtiendo la localidad en la base de los corsarios vascos.
Las capturas de los barcos enemigos son tan numerosas que el Duque de Gramont escribió al rey "Su majestad podría ir desde San Juan de Luz hasta Ciboure sin mojarse los pies utilizando los puentes de los barcos capturados al enemigo".
Estos actos de guerra fueron muy lucrativos para los armadores y sus familias, que mandaron construir algunos de los edificios más importantes de la ciudad. Dos de estos famosos armadores corsarios fueron Joannot de Haraneder y Johannis de Lohobiagne.
Los corsarios fueron muy temidos por ingleses y españoles, los principales enemigos de la corona francesa, y "gracias a sus riquezas",San Juan de Luz vivió una época de oro, y toda esa fortuna que hubo en aquellos días, todavía se puede apreciar en las calles de su casco antiguo y en las placas de algunas calles que recuerdan las aventuras de estos valientes marineros.
LA BODA DEL REY LUIS XIV DE FRANCIA
El 7 de Noviembre de 1659 se firma el tratado de los Pirineos que pone fin a una interminable guerra entre Francia y España. Uno de los puntos de este tratado es la boda del Rey de Francia, Luis XIV, con la infanta María Teresa, primogénita del Rey de España Felipe IV.
Rue Gambetta
La boda se celebró en San Juan de Luz, en Junio de 1660, en la Iglesia de San Juan Bautista, que en el momento del enlace se encontraba en plenas obras de ampliación.
Una de las puertas de la iglesia se bautizó como de "Luis XIV" como muestra de este hecho histórico, puerta por la que salieron de la iglesia tras la ceremonia y que dicen, fue tapiada como símbolo del final de los problemas entre España y Francia.
QUE VER EN SAN JUAN DE LUZ
San Juan de Luz puede ser un destino para pasar unos días y disfrutar de la playa o para hacer una excursión y visitar la ciudad. A continuación os dejo una lista de los sitios que no te puedes perder:
1. La playa de San Juan de Luz y su paseo
La playa de San Juan de Luz se llama simplemente la playa grande o la grande plage en francés. Se trata de una hermosa playa de arena fina, de ambiente muy familiar que hace de San Juan de Luz un buen destino para las vacaciones de verano. Además de la playa grande, hay otras cuatro playas: Cénitz, Mayarco, Erromardi y Lafiténia, esta última es ideal si te gusta el surf.
La playa grande de San Juan de Luz
Si vas sólo de excursión y no te apetece pasar el día en la playa, puedes pasar buena parte del día por su paseo. Aquí se encuentran uno de los símbolos de San Juan de Luz, las casas de madera de colores que se conectan directamente al paseo con un puente.
A mitad del paseo, más o menos, está el Grand Hotel, un edificio de estilo neo-romántico, y el casino La Pérgola, de estilo art decó.
Ya desde principios del S. XVII, San Juan de Luz empezó a ser destino turístico de ingleses, españoles y franceses, que visitaban la ciudad para darse baños de mar, cuyos efectos terapéuticos acababan de ser reconocidos. Al recibir tanto visitantes se construyeron varios hoteles, siendo el Grand Hotel uno de ellos. Actualmente es un hotel de cinco estrellas con Spa, el Loreamar Thalasso Spa.
Típicas casa de San Juan de Luz con el puente al paseo
La Pérgola fue un ambicioso proyecto y en sus inicios estaba formado por un hotel, un casino, tiendas y un cine. Fue el resultado de la necesidad que surgió tras la primera guerra mundial al aumentar el número de visitantes de alto poder económico que visitaba San Juan de Luz por la fama que tenía la ciudad como estación balnearia. Hoy en día también es un hotel con SPA, el Hélianthal spa center.
Grand Hotel
Al final del paseo está Pointe Sainte Barbe, la punta de Santa Bárbara, desde donde hay unas bonitas vistas de toda la playa y del fuerte Socoa, al otro lado del mar. Está en la localidad de Ciboure, un pueblo más pequeño que San Juan de Luz pero igual de bonito y también con unas magníficas playas. El fuerte está cerrado al público pero se puede pasear por fuera.
2. La iglesia de San Juan Bautista
La iglesia de San Juan Bautista fue construida entre el S. XV y el S. XVII en un estilo muy típico de las iglesias del País Vasco francés. El edificio por el exterior es bastante austero por lo que, cuando entras en el interior, sorprende bastante. El altar barroco del S. XVII es realmente impresionante. La iglesia está construida en dos alturas. Originariamente, en las galerías se situaban los hombres y en la planta baja las mujeres.
Iglesia de San Juan Bautista
La iglesia actual fue edificada sobre las ruinas de una iglesia primitiva. Las parte más antiguas, como el campanario, datan del S. XV. Cuando la ciudad comienza a desarrollarse en el S. XVII debido a la caza de la ballena y el bacalao, se ve necesario ampliar el edificio duplicando la superficie del mismo. En medio de estas obras de ampliación se celebró la boda entre Luis XIV de Francia y la infanta María Teresa de España. Al final, las dimensiones totales de la iglesia de San Juan Bautista son de 50 metros de largo, 17 metros de ancho y 20 metros de alto.
3. El casco antiguo de San Juan de Luz
La plaza principal de San Juan de Luz es la plaza Luis XIV. Es la zona más animada de la ciudad con bares, terrazas y un quiosco de música, centro de todas las celebraciones. Aquí se encuentran la casa de Luis XIV y el ayuntamiento.
La casa de Luis XIV fue mandada construir por el armador Johan de Lohobiague en 1643, que hizo su fortuna en la época en la que San Juan de Luz era ciudad de corsarios. Aquí se hospedó durante 40 días el rey Luis XIV mientras esperaba a su prometida, la infanta María Teresa. El exterior del edificio es un reflejo del estilo de la época y se puede visitar el interior y descubrir como vivían las personas adineradas del S. XVII.
La casa de Luis XIV
La calle principal del casco antiguo es la Rue Gambetta. Se trata de una calle peatonal repleta de comercios, en su mayoría de ropa, accesorios, chocolates y dulces. Nosotros no pudimos resistirnos a la tentación y nos llevamos a casa un pastel vasco, que estaba riquísimo. Es un postre muy popular en esta zona aunque el dulce más típico son los macarons.
Pastel vasco
4. El puerto y la Maison de l'infante
La maison de l'infante, en francés, o casa de la infanta se la conoce con este nombre al ser el lugar donde se hospedó la infanta María Teresa cuando llegó a San Juan de Luz para su enlace con Luis XIV. Desde aquí, y sobre un manto de flores, salió el cortejo nupcial hasta la iglesia de San Juan Bautista.
Casa Joanoemia. Imagen: euskoguide.com
Pero su nombre original es casa Joanoemia y fue construida por el corsario Joannot de Hareneder en 1640. Su fachada recuerda al estilo veneciano y está situada justo frente al puerto. La casa tiene una pequeña atalaya desde donde Joannot de Harender podía vigilar el movimiento de sus barcos que se encontraban atracados en uno de los puertos más grandes de Francia.
Merece la pena dar un paseo por el puerto y sus calles de alrededor donde se concentran gran cantidad de restaurantes donde comer buen pescado y marisco.
Puerto de San Juan de Luz
San Juan de Luz es uno de esos pueblos con encanto, que una vez lo conoces, repites.